EL EQUIPO DE TORBALL SALIÓ CAMPEÓN INTERPROVINCIAL

Los chicos que viajaron a Chubut representando al Municipio de San Fernando, se consagraron campeones del 3° Torneo de Torball Interprovincial que se jugó en la ciudad de Lago Puelo. Además, Omar Griro, capital del equipo, recibió un reconocimiento por la trayectoria.

Con el objetivo de promover la inclusión social a través del deporte, el Municipio de San Fernando a través de la Subsecretaría de Educación, Deporte y Contención Social, sumó la actividad de Torball, un deporte para ciegos y personas con baja visión y esta actividad ya le está trayendo alegrías ya que los representantes del equipo sanfernandino salieron primeros en la 3° edición del Torneo Interprovincial que se llevó a cabo en el partido de Lago Puelo, provincia de Chubut.

Al torneo viajaron Claudio Fernández, Jesús Silva, Jorge Ledesma, Luís Rodríguez, Omar Griro y su D.T. Soledad Ledesma, los 6 integrantes de la delegación de San Fernando que comenzaron a entrenar en las instalaciones del Polideportivo N°1 (Arnoldi y Pasteur) en el mes de febrero.

En la competencia participaron equipos representativos de muchos partidos del país como la Municipalidad de Malvinas Argentinas, Club TEXTIL de la Municipalidad de Malvinas Argentinas, Municipalidad de José C Paz, APANOVI de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Municipalidad de Lago Puelo, IUCA Provincia de Santa Cruz y Club Unión Provincia del Neuquén entre otros.

El sábado 6 fue el dia de la gran final en la cual el equipo de San Fernando se impuso por 2 tantos contra 0 y obtuvo su primer título en Torneos de deportes para ciegos. Además, la organización le otorgó a Omar Griro, capitán del equipo de San Fernando y organizador de la actividad en el distrito, una distinción a la trayectoria en el Torball y por haber sido capitán del equipo campeón mundial de esta disciplina en el año 2004.
El torball es un deporte que se creó exclusivamente para personas ciegas o con deficiencias visuales. Juegan 3 jugadores por equipo en una cancha de 16 metros de largo y 7 de ancho. Se realiza con una pelota sonora que tiene que ser arrojada por debajo de tres cuerdas que se encuentran a los largo de la cancha. El objetivo del juego es meter la pelota dentro del arco del adversario, que mide lo mismo que el ancho del campo de juego y tiene 1,30 m. de alto. La pelota debe ser lanzada con las manos y los jugadores pueden desplazarse parados, arrodillados o agachados. El juego requiere de un gran sentido auditivo y de orientación espacial por parte de quienes practican esta disciplina, ya sea para interceptar o lanzar la pelota o para saber en qué sector de la cancha se encuentran.