Abrazar el gradualismo y dejar atrás el impacto de fuertes subas. Con esos dos objetivos hacia adelante, el ministro de Energía, Juan José Aranguren, llegará a la audiencia pública del 16 de septiembre con un nuevo cuadro tarifario que aplicará aumentos promedios de 200% para residenciales, y posteriormente, nuevas actualizaciones.
Las boletas mensuales que promediarán los $107 antes de impuestos para seis de cada 10 usuarios residenciales comenzarán a llegar a partir del 1 de octubre, pero estos valores serán transitorios y se mantendrán por seis meses: el 1 de abril llegará una nueva suba.
Una segunda audiencia pública a fines de octubre definirá los valores de transporte y distribución por los próximos cinco años, y en paralelo, el Gobierno propone una actualización del precio del gas en boca de pozo. La meta es clara: para 2019, el Gobierno busca terminar con los subsidios del Estado a la energía en todo el país menos en la Patagonia, y recién dos años más tarde se abarcará todo el territorio.
Los meses de aumento
En 2016 habrá sólo un aumento, que regirá desde el 1° de octubre. Luego, abril y octubre serán los meses de suba en las boletas en cada año, y según adelantó Aranguren en un encuentro con la prensa del que participó Infobae, la idea es que haya “un sendero gradual y previsible de la reducción de los subsidios. Este cuadro tarifario es superador”.
El precio de gas en boca de pozo es el que había generado mayor polémica con los aumentos que había establecido el Gobierno, pues comenzaron a llegar facturas con fuertes aumentos.
El cuadro tarifario de 2015 -el del gobierno de Cristina Kirchner- tenía un precio de USD 1,29 el millón de BTU, que es una unidad de energía equivalente a 27 metros cúbicos. “Nosotros lo quisimos llevar a USD 4,72 en abril, pero decidimos llevarlo a USD 3,42 desde el 1 octubre, y luego se actualiza de forma semestral”.
Juan José Aranguren: “Queremos un sendero gradual y previsible de la reducción de los subsidios”.
Con este último valor, se mantiene el 50% del subsidio al consumo. Luego de varios aumentos semestrales, la idea es llegar a USD 6,78 el millón de BTU en octubre de 2019, equivalente a “un nivel cero de subsidio al consumo por la producción local y la importación”. Según el funcionario, “ahí se llegaría al precio del mercado y según determinó la Corte Suprema, en ese momento no se necesitará audiencia para modificar ese componente de la factura de gas”.
Esto se podrá cumplir en tiempo y forma si no hay grandes variaciones en el precio internacional del gas. “Si es más caro importar, termino después. Si es más barato, termino con los subsidios antes”, dijo Aranguren.
Otro año para la Pagatonia
¿Por qué el objetivo se cumplirá recién dos años después en la Patagonia? Debido a dos resoluciones (una es la 226/2014), ese sector hoy tiene un precio diferenciado del gas en boca de pozo de 17 centavos de dólar por millón de BTU, por el que pagan 10 veces menos que el resto del país. Estas son las boletas que llegan vía la distribuidora Camuzzi Gas del Sur.
Para continuar con los aumentos progresivos también en esta región, habrá que esperar dos años para eliminar los subsidios económicos a la oferta de energía en todo el país.
Al unificar de a pasos el precio del gas en la boca de pozo, el Gobierno también apunta a la equidad. “El que está en la Patagonia consume ocho veces más pero paga 25 veces menos que un hogar en el norte”.
Con todo, la tarifa social se mantendrá, como así también los incentivos para el ahorro de consumo. Si se reduce 15% o más con respecto a mismo período del año anterior, los usuarios de R1 a R23 (56metros cúbicos por mes) recibirán una bonificación del 50% sobre el precio del gas; los R31 a R33 (139 m³ mensuales) tendrán una bonificación del 30%, y para los R34 (253 m³), será del 20 por ciento.