HORROR EN VILLA BALLESTER: MATÓ A SU HIJA, NIETOS Y SE SUICIDÓ
CRÉDITO: CLARÍN
Olía mal pero lo peor eran las moscas, su zumbido, la insistencia con la que buscaban meterse en la casa de Emilio Zola 6371, en Villa Ballester. En el barrio no conocían a quienes la habitaban y por eso a nadie le llamó la atención el silencio y la falta de movimiento en la vivienda. Jamás se hubieran enterado por qué sino fuera por ese olor, por esas moscas. Adentro había cuatro cadáveres. Los cuerpos de dos nenes de 8 y 11 años tendidos en la cama de abajo de la cucheta. Su madre acuchillada y tumbada boca arriba sobre la mesa. Y Andrés Fidel Mazzei, abuelo de los nenes y padre de la mujer, ahorcado en el hall de ingreso. Creen que el hombre, de 66 años, primero mató a su familia y luego se suicidó. Dejó una carta, fechada el 16 de febrero, que dice así: “Los maté para liberarlos”.
A las 21 del sábado sonó el teléfono en el cuartel de bomberos de Villa Ballester, partido de San Martín. El llamado era del comando 911 y les pedían que se acercaran a la casa de Zola, entre Asamblea y Siglo XXI, porque los vecinos estaban molestos por el vaho que estaba instalado desde hacía unos días. Cuando llegaron al lugar la policía ya había montado un operativo. Con una barreta y un expansor, apenas forzando la cerradura, los bomberos abrieron la puerta. Era de noche y el interior de la vivienda estaba a oscuras. La luz de la calle les dejó ver lo que luego descubrirían las linternas. El cuerpo de Mazzei “sentado” en una silla, y una soga que partía desde el marco de la puerta hasta rodearle el cuello. El fiscal a cargo de la causa, Daniel Cangelosi, autorizó el ingreso de la Policía Cientifica. Los agentes cruzaron el hall y entraron en otro ambiente donde había una mesa. Allí encontraron el segundo cuerpo, el de Florencia Natalia Mazzei, de 34 años. Murió, al parecer, de una puñalada. Su espalda quedó apoyada en la mesa y las piernas, colgando. Luego pasaron a la habitaciones. Allí dieron con los restos de hijos de Florencia Mazzei que estaban en la misma cama. Los cadáveres estaban agusanados por lo que creen que la masacre pudo haberse cometido el mismo día en que Mazzei escribió la carta, es decir, el 16 de febrero.
El fiscal Cangelosi, al frente de la UFI N° 3 de San Martín, esperaba anoche el resultado de las autopsias para saber con precisión cómo y qué día murió cada integrante de la familia. En diálogo con Clarín, Cangelosi no quiso dar detalles de la causa que investiga pero aclaró que Mazzei no tiene antecedentes penales por pedofilia ni estuvo preso por esa razón, tal como consignaron ayer algunos portales de noticias. “La investigación está encaminada y todo indica que el hombre primero mató a su hija y a sus nietos, y luego se ahorcó. De confirmarlo y de acuerdo a la escena del crimen, lo que hizo este hombre es un verdadera locura”, agregó el fiscal.
Las primeras informaciones indicaban que en la carta el abuelo de los nenes había escrito que el motivo del asesinato era para “liberarlos del padre” porque había “abusado de ellos”. Sin embargo, la fiscalía lo desmintió y dijo que, en principio, esa hipótesis está descartada. Hay motivos. Los hijos de Florencia Mazzei son de padres diferentes. El de Luca Tomás, el menor de los hermanos, se llama Jorge Omar Muñoz y vive en Villa Mercedes, provincia de San Luis. Es tesorero en una empresa de transporte público y llegará a Buenos Aires esta madrugada. ¿Quién era Mazzei? Lo que se sabe es que desde hace 25 años es bibliotecario en el turno mañana en el colegio Almafuerte, en José León Suárez. También trabajaba en la escuela General Belgrano, en el turno tarde. Se sabe, además, que era el único sostén económico de la casa, y que era un hombre muy reservado. En la carta que dejó, debe estar escrito de qué quería liberar a su familia. Y por qué asesinarlos era la salvación.