La Provincia

ACUSADO DE CUADRUPLE CRIMEN DE LA PLATA NEGÓ TODO

El testimonio de un remisero, evidencias de lesiones similares a las de una pelea y huellas de sangre en la escena del crimen compatibles con su calzado determinaron la detención efectiva de Osvaldo Martínez (27).
Está sospechado del brutal asesinato a cuchilladas en un departamento de La Plata de su novia, Bárbara Santos (29), su hija Micaela (11), su madre Susana Bárttole y una amiga, Marisol Pereyra (35).
Una “explosión de ira”, atribuible a los celos que tenía por Bárbara, habría provocado la matanza de las cuatro mujeres. Esta es la teoría del fiscal Alvaro Garganta, quien ayer le tomó declaración indagatoria al imputado. La acusación es por homicidio (de su pareja) y homicidio calificado, en el caso de la mamá, la hija y la amiga, porque Martínez las habría matado para garantizarse impunidad por falta de testigos.
En su declaración , Martínez negó la imputación. “ Perdí todo lo que más quería”, dijo en la Fiscalía.
Aseguró que “estaba durmiendo” en su casa después de mirar una película” cuando ocurrieron los hechos e hizo una aclaración: “No soy celoso. Sólo lo normal”. Así intentó despegarse de la grave imputación. Hizo algo más: manifestó que la lesión en su antebrazo derecho, parte interna, fue provocada por una extracción de sangre para un análisis bioquímico.
El único sospechoso es un karateca.
Trabaja en la Petroquímica de YPF, en Ensenada, y se mudó a Melchor Romero, a 7 kilómetros de La Plata, desde Berisso. Sus amigos le dicen “alito” y sus vecinos lo definen como un hombre “retraído.”
El juez de Garantías, Guillermo Atencio, considera que “las habilidades (como karateca) pudieron incidir en la vertiginosidad con la que se cometieron los crímenes”.
Las muertes fueron secuenciales. Bárbara y su familia habían terminado de cenar cuando llegó Martínez. Luego apareció Marisol. La tragedia estaba en marcha. El hombre habría apuñalado a Susana y Marisol en la cocina. Después a Bárbara en la ducha. Por último, a la nena, quien intentó enviar un mensaje desesperado a su padre, pero terminó degollada.
Un remisero declaró ayer en la Fiscalía que a las 0.20 del domingo llevó a Marisol hasta la vivienda de la calle 28, entre 41 y 42. Era amiga de Susana y le preocupó que no contestara sus llamados de celular. Apuntó el chofer que la pasajera entró a la casa y a los cinco minutos apareció Martínez en la puerta y le indicó que la muchacha había decidido quedarse y que después le pagaría el viaje. Antes escuchó: “De acá no sale nadie”.
Precisó otra eventual constancia: “Este hombre apoyó una de sus manos en el techo de mi auto y tenía sangre” . Los investigadores conjeturan que esa medianoche en el departamento 5, Martínez decidió en un instante que mataría todas las mujeres.
Primero habría atacado a Marisol y Susana en la cocina. Después a Bárbara, en la ducha. Y también a la nena.
Las muertes fueron por cuchilladas y golpes.
El asesino utilizó, además, un palo de amasar. Un vecino descubrió la tragedia a las 8.30 del domingo y avisó al 911. Pasado el mediodía, Martínez era detenido en su casa de Melchor Romero.
En todo momento negó los cargos. Su vecino, Oscar, declaró que a las tres de la mañana del domingo vio ingresar el Fiat Uno de Martínez en su casa de la calle 156.
Según el fiscal, Martínez tenía un “problema” sentimental con Bárbara, “que venía de arrastre”. No admitía la posibilidad de un alejamiento.
Hace una semana, después de una fiesta, Bárbara fue acompañada por su jefe en la Junta Electoral, donde estaba empleada. El episodio habría provocado el enojo de su novio, quien al enterarse la zamarreó. El abogado defensor, Julio Beley, admitió el episodio a Clarín pero “la pelea fue a través de mensaje de texto”.
¿Resulta suficiente pruebas para la detención? Garganta explicó que se trata de “un hombre que practica karate y tendría aptitud física y conocimientos como para emprender una acción de este tipo con facilidad. ¿La ira puede resultar en un acto de emoción violenta que atenúe la responsabilidad penal? No sería el caso, de acuerdo con la opinión de Atencio. “No se trata de un psicótico, allí había una relación rara” entre el sospechoso y su novia, amplió el juez.
Tampoco resultaría inimputable por supuesta insanía mental.
Con la declaración de Martínez el caso tiene más complejidad que el previsto por la Fiscalía y el juez.
En 15 días deberán resolver si aplican la preventiva.
Si le comprueba su responsabilidad por el delito de “críminis causa”, es decir cometer un asesinato para ocultar otro, la condena será prisión perpetua.

Compartir Enviar

Mostrar más

Municipios que nos apoyan

Botón volver arriba
Cerrar