Tigre recibió la 25° edición del Gran Premio Recoleta-Tigre
La tradicional carrera organizada por el Club de Automóviles Clásicos de Argentina comenzó en “La Biela” de la Ciudad de Buenos Aires y culminó en los jardines del Museo de Arte Tigre, donde el público contempló vehículos fabricados entre 1896 y 1919 que participaron de la competencia. Autoridades de la comuna asistieron a la actividad y destacaron el histórico certamen.
“Estamos contentos de ser anfitriones de la culminación de esta carrera en el MAT, una obra arquitectónica que se llevó adelante en la misma época que la primera edición de la competencia. Tanto el intendente Julio Zamora como cada uno de los propietarios de los vehículos hacen su aporte para la conservación de estos autos clásicos y este emblemático espacio cultural del distrito”, expresó el secretario de Gobierno y Protección Ciudadana, Mario Zamora.
Y culminó: “Esta actividad cuenta con el respaldo del Municipio de Tigre desde hace muchos años y en esta oportunidad, además de ceder las instalaciones del museo, pusimos a disposición infraestructura y recursos como la organización del tránsito, la seguridad por intermedio del Centro de Operaciones Tigre (COT) y el Sistema de Emergencia Tigre (SET) para garantizar el éxito de la carrera”.
La competencia inició el sábado con decenas de participantes en el café “La Biela” del barrio porteño de Recoleta. Realizaron una parada en el partido de San Isidro y luego arribaron a Tigre. Frente al Museo de Arte Tigre, se exhibieron motos y automóviles fabricados entre 1896 y 1919 mientras que los conductores y acompañantes vestían prendas acordes a principios del siglo XIX.
Al respecto, el presidente del Club de Automóviles Clásicos, Ricardo Battisti, comentó: “Para nosotros es una cita importantísima porque se trata de la 25° edición que rememora la primera carrera abierta que se realizó en Sudamérica. Pensemos que en aquel momento eran todas calles de tierra, circunstancias complejas y fue un tema que se habló en todo el mundo. Agradezco al Municipio de Tigre por habernos cedido este lugar emblemático e histórico como lo es también la competencia”.
La primera carrera del certamen constó de dos etapas: la primera comenzaba a mitad de camino entre Recoleta y Tigre y tenía una longitud de 19,1 kms; la misma fue declarada empate entre el Darracq de 20 Hp, conducido por De Santis, y el Spyker de 23/32Hp, conducido por Daniel MacKinley. La segunda fase incluía el regreso a Recoleta; en este caso el ganador fue otro Darracq de 40HP, conducido por Marín, quién tardó 28.3′ en recorrer los 38.2 km.
Norberto, participante que compitió con su motocicleta antigua, dijo: “Estoy muy feliz por la invitación que me hicieron a esta fiesta. Yo soy de Carlos Paz y vinimos con el equipo en dos motos: una de 1911 y otra de 1918. Es un desafío maravilloso mantener el cuidado de estos rodados. La organización por parte del club es muy buena y más aún en un escenario único aquí en Tigre como es este imponente museo”.
En tanto, Luis Espadafora, corredor e integrante del Museo del Automóvil de la Ciudad, comentó: “Para nosotros esta actividad es parte de nuestra vida como también terminar aquí en Tigre. Todos los autos que la gente puede ver acá tienen un gran mérito de cuidado por parte de los propietarios, ya que son un patrimonio importante de nuestro país”.