El Jardín Municipal N° 5 celebró los 50 años
El intendente de San Isidro, Gustavo Posse, participó de la celebración de los 50 años del Jardín de Infantes Municipal Nº 5 “Stella Maris”. El establecimiento, que está ubicado en la calle Diagonal Salta 1230, tiene una matrícula de unos 300 alumnos, entre salas de 3, 4 y 5 años.
“Cuando veo cómo creció este jardín, simplemente no lo puedo creer”, dijo –mientras se iluminaba su mirada– Stella Maris Colcerassa, gran protagonista de esta historia, que fue secretaria, vicedirectora y directora entre 1976 y 2006. En sintonía con toda la gente de la zona, recordó que las claves de esta institución tan emblemática fueron siempre “el amor y la gran comunidad educativa”.
En 1971, este jardín tuvo sus inicios en el Bajo de San Isidro, y desde 1984 se emplazó en Martínez, y con el correr de los años se transformó en un lugar especial no solo para esta localidad sino para el distrito. “Es un faro para todos los jardines de infantes. Siempre buscamos que estas instituciones municipales ofrezcan la mayor cantidad de actividades extra curriculares, que no tengan nada que envidiarle a las de gestión privada”, sostuvo Posse.
El festejo por sus bodas de oro que se transmitió en vivo por las redes sociales del municipio y del intendente Posse, superó las 10 mil personas. “En tiempos de pandemia, gracias al municipio, la comunidad educativa pudo seguir esta celebración. Este jardín es muy significativo para todos los que pasaron por aquí. Yo nací, me crié en Martínez y realicé la residencia en este lugar antes de recibirme como profesora de educación inicial”, expresó Silvia Laczalde, directora del jardín desde 2015. Esta institución cuenta con seis aulas – dos de tres, dos de cuatro y dos de cinco años – equipamiento tecnológico, aire acondicionado, calefacción y juegos infantiles. “Tiene todos los mismos contenidos, materias que un jardín privado. Los docentes no hacen paro, los niños tienen clases todos los días”, destacó Marisol Reigosa, directora general de Educación de San Isidro. Los hijos de Alejandrina Cerbat, vecina de la zona, fueron a este establecimiento en 1986 y luego en 1993. “Es un lugar que te marca a fuego. Se produce algo mágico muy difícil de explicar con palabras. Siempre estuvimos en la cooperadora apoyando en todo lo que podíamos con los papás. Fue el primer jardín que tuvo un viaje de egresados”, contó con emoción, Cerbat. Los alumnos y alumnas de la sala de 5 años finalizaron la ceremonia cantando el feliz cumpleaños y soplando las velas de una enorme torta. “Me gusta mucho venir al jardín. Estoy muy contento”, cerró Vicente, que concurre desde los tres años.