Homenaje al Padre “Pancho” Soares en Tigre
El intendente de Tigre, Julio Zamora, y la concejala Gisela Zamora inauguraron el Espacio para la Memoria Padre “Pancho” Soares en el predio de la Parroquia Nuestra Señora de Carupá de Tigre centro. El lugar, desarrollado en un trabajo conjunto entre el Municipio, la comunidad y la empresa Brickell, posee una muestra de diferentes objetos que pertenecieron al sacerdote y estará destinado a la recordación de su trabajo y memoria. El encuentro contó con una misa presidida por el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, Monseñor Ojea, y el padre Néstor Cruz “Nepi” García.
“Este es uno de los hitos en materia de Derechos Humanos de la gestión municipal de Tigre. Creamos este espacio para la memoria del Padre ‘Pancho’ Soares, un hombre muy comprometido con su comunidad, con los trabajadores de la zona; realmente es un día muy emocionante. Junto al Padre Jorge Marenco y Monseñor Oscar Ojea dimos un paso muy lindo, esperamos que este lugar sea de recordación y también un espacio donde los vecinos se encuentren para conversar sobre el barrio”, dijo Zamora.
En el acto se realizó una pequeña celebración religiosa, se plantó un lapacho y se descubrió una placa conmemorativa.
La concejala Gisela Zamora estuvo presente durante la celebración y afirmó que “acompañé al intendente Julio Zamora, quien junto con la empresa Brickell y la comunidad, inauguraron este espacio de la memoria, un lugar para reflexionar, pensar y recordar a ‘Pancho’ Soares. Estamos acá para homenajearlo y para que las generaciones futuras tengan la oportunidad de conocer a este hombre y sus valores, pensando también en lo que viene, en cuáles son las premisas que tenemos que mantener y cuáles aquellas cosas que no tienen que volver a pasar nunca más”.
El Municipio contribuyó con la puesta en valor de los objetos que se encuentran exhibidos en el espacio, como la cama de descanso del sacerdote, una máquina de escribir en la que solía traducir textos de otros idiomas, archivo fotográfico y periodístico de su trabajo, instrumentos musicales que pertenecían a su familia, entre otros. También, la gestión local ofició como nexo entre los diferentes sectores de la comunidad para converger en la realización de este proyecto.
Pancho Soares fue un cura, miembro del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, quien tenía un rol destacado por su apoyo activo a su comunidad y a los trabajadores de la misma. Fue asesinado por la última dictadura militar en el año 1976 tras denunciar penalmente los secuestros y apremios ilegales que sufrían los obreros.