San Isidro

COMENZÓ EL JUICIO CONTRA CARLOS COLOSIMO, ACUSADO DE ABUSAR DE 3 NIÑAS

El hombre de los bíceps y tríceps claramente había perdido tono. Carlos “Cachi” Colosimo entró esposado poco antes de este mediodía a la sala de audiencias de los tribunales de San Isidro para enfrentar al Tribunal Oral Criminal N° 3, presidido por el juez Maximiliano Savarino. No era el mismo que el de las viejas fotos; estaba canoso, arrugado, con una campera azul y blanca un poco sucia, sus pectorales algo desinflados.

Fsicoculturista acostumbrado a competiciones de mediano nivel y personal trainer en un gimnasio en Boulogne cuando estaba libre, Colosimo pasó los últimos 23 meses preso en la Unidad N° 48 del Servicio Penitenciario Bonaerense en José León Suárez, luego de ser detenido en agosto de 2015. “La reja te come la cabeza”, dijo en un reportaje a Luis Ventura el año pasado: los otros presos se la comieron también. Los internos en su pabellón no le perdonaron que sea el tío materno de Zaira y Wanda Nara; lo deliraban, contó Colosimo, le ordenaban que les trajera cigarrillos, pares de zapatillas.

Tendrá que armarse de un poco más de coraje si es que el TOC N° 3 falla en su contra. La imputación por la cual va a juicio es gravísima: abuso sexual gravemente ultrajante en concurso con promoción de la corrupción de menores y tenencia ilegítima de arma de guerra. Las víctimas: tres niñas, compañeras de su propia hija en el colegio Nuestra Señora del Refugio en Boulogne. Los presuntos abusos habrían ocurrido entre 2013 y 2015 en la casa del ex fisicoculturista en Boulogne y en una embarcación amarrada en San Fernando, con al menos cinco hechos en total. En ese entonces, las presuntas víctimas tenían once años.

Los padres de esas chicas vieron a Colosimo pasar este mediodía en el pasillo que lleva hacia la entrada de la sala de audiencias en los tribunales de San Isidro, lo tuvieron frente a frente. No lo escupieron, no lo insultaron, no se quebraron en llanto, no le dijeron nada. Simplemente lo miraron fijo. Esos padres no estaban ahí como curiosos, por otra parte: esperaban en ese pasillo para declarar en su contra ante el TOC N° 3. Sus propias hijas, las víctimas, ya hablaron; lo hicieron ante psicólogos en varias cámaras Gesell ordenadas por la Justicia. “Manoseos”, fue un término que surgió.

Laura Zyseskind es la fiscal acusadora en el juicio, especializada en violencia de género y a cargo de una UFI sanisidrense en la materia. Zyseskind viene de un reciente triunfo: el mes pasado logró junto a su colega Carolina Carballido que un jurado encarcele de por vida al femicida Fernando Farré. Zyseskind, por otra parte, fue la encargada de terminar de investigar el caso. El fiscal original del expediente, Eduardo Vaiani, fue procesado en octubre del año pasado junto a varios de sus colegas en San Isidro, acusado de encubrir narcotraficantes como adjunto del fiscal general Julio Novo.

Las cámaras Gesell a las chicas son, en los cálculos de Zyseskind, una de las principales piezas en el expediente que podrían llevar a una condena. Los testimonios de los padres de las víctimas, así como de otros miembros de la comunidad de Nuestra Señora del Refugio, también se suman. Un padre de la escuela decidió romper aseguraba ante Infobae bajo estricto anonimato en agosto de 2015, luego de que Colosimo fuese detenido mientras llevaba a su hija a la escuela: “Los ataques habrían empezado hace dos años. Colosimo invitaba a una sola chica por vez, y muy insistentemente. Invitó a mi hija y me negué. Me llamó él mismo para convencerme. Finalmente accedí. Mi nena fue solo una vez. No volvió a invitarla. Invitaba de a una, nunca en grupo. Iban ahí, pasaban el día y volvían. A las chicas supuestamente les gustaba, les pedían a sus papás que las dejen ir”, aseguró la fuente. El ex fisicoculturista incluso llegó a subir a su cuenta de Facebook una foto de dos menores en la embarcación.

Colosimo, defendido por el abogado Jorge Cesaro –el segundo defensor que tiene en el caso– presentó cuatro testigos que hablarán a su favor, incluida su ex mujer, que autorizó que la hija que tuvo junto al fisicoculturista sea examinada. Entre sus planes estaba pedir la nulidad del expediente bajo pretexto de que no se lo habrían permitido ver en la fiscalía.

El proceso, originalmente oral y público, se realiza bajo cierto hermetismo. Infobae fue el único medio en visitar la mesa de entradas del Tribunal N° 3 esta mañana. Poco después, los tres jueces que lo integran decidieron por unanimidad restringir el acceso a la prensa. Quedan otras dos jornadas: el veredicto se espera para este viernes.

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