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CONDENAN A 4 POLICÍAS Y A UN ABOGADO POR COIMAS

Un abogado penalista fue condenado junto con cuatro policías bonaerenses, entre ellos un subcomisario, por haber liberado a cambio de una coima de 42.000 pesos a un ladrón que había sido detenido en 2014 huyendo de un robo en una casa de la localidad de Victoria, informaron fuentes judiciales.
El fallo fue dictado el jueves pasado por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 6 de San Isidro, integrado por los jueces Débora Ramírez, Federico Tuya y María Angélica Etcheverry. Tal como solicitó en su alegato el fiscal de juicio de San Isidro que llegó a delante la acusación, Claudio Scapolán, el tribunal condenó a los ocho imputados que tenía la causa.
El abogado penalista es Daniel Jorge Anchubidart (48), quien de acuerdo a lo que se comprobó en el debate, fue en persona a negociar en la comisaría 3ra. de San Fernando, con sede en Victoria, la libertad de uno de sus clientes a cambio de una coima que se pagó en dos etapas: 12.000 pesos el día de la detención y posterior liberación, y otros 30.000 más adelante.
Anchubidart fue condenado a tres años de prisión, aunque en suspenso, y a una inhabilitación especial, por los delitos de “encubrimiento bajo la modalidad de favorecimiento personal agravado por el ánimo de lucro y cohecho activo”. El subcomisario condenado es Daniel Orlando Echeverría (41), quien quedó con prisión domiciliaria con una pena de tres años y tres meses e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos, al ser encontrado culpable de los delitos de “encubrimiento agravado, cohecho pasivo y falsedad ideológica”.
Los otros tres policías condenados -todos a penas de prisión en suspenso-, son la sargento Nadia Soledad Benavides (35), a dos años y dos meses; el capitán Pedro Alberto Montenegro (52) y el subteniente Hugo Antonio Medina (54), ambos a la pena de dos años y diez meses. El fallo también alcanzó al ladrón que había sido detenido y luego liberado a cambio del soborno, Adrián Alejandro Córdoba (36), y a su cómplice, Víctor Hugo Giacardi Pinto (37), quien logró escapar y fue quien avisó que su compañero había caído preso y organizó el pago de la coima. A ambos, el TOC 6 les impuso la pena de dos años y dos meses de prisión por “hurto calificado por escalamiento en grado de tentativa”. La octava condenada es Soledad Alejandra Luna (26), la mujer que acercó hasta la comisaría los 12.000 pesos de la primera cuota de la coima y a quien se le impuso la pena de un año y ocho meses de prisión, por “cohecho activo”. La clave de la causa son las escuchas telefónicas y mensajes de texto que se lograron interceptar la noche en que se pagó la coima, debido a que el celular de Giacardi estaba intervenido a raíz de otra causa por una serie de entraderas previas ocurridas en San Isidro, que estaba a cargo del fiscal Patricio Ferrari del Área Ejecutiva de Investigaciones Criminales de ese departamento judicial. Con esas escuchas, el fiscal Ferrari pudo determinar que la noche del 25 de abril de 2014, Giacardi había ido a robar junto a Medina a una casa ubicada en la calle Pasteur al 600 de la localidad de Victoria, partido de San Fernando, donde había dos niñas y una empleada doméstica. El vigilador de la cuadra advirtió que estaban robando, llamó al 911, Giacardi logró escapar en el auto en el que habían llegado, pero Córdoba fue detenido por los policías Montenegro y Medina que llegaron en un móvil de la comisaría de Victoria. Según consta en las transcripciones de las escuchas volcadas en el fallo -y a las que tuvo acceso Télam-, Giacardi llamó a un hombre que luego se determinó que era el abogado Anchubidart y le dijo: “Hola Daniel, ¿estás por la zona? Tengo un problemita”. “Hay un amigo, en un paredón ¿viste?, en la calle Pasteur y Libertador. Fue reciente acá en San Fernando. ¿Vos podrás acercarte?”, le pidió Giacardi, a lo que el abogado luego de explicarle que estaba en Capital Federal, le avisó que lo esperara y que iba para allá. Los mensajes de texto fueron aún más contundentes ya que allí se pudo determinar que la primera en ir a “negociar” la libertad de Córdoba fue su por entonces mujer, Luna, quien llevó a la comisaría la suma de 12.000 pesos. “Me preguntó cuánto tenía encima. Le dije que tenía 12.000”, le escribió Luna a Giacardi tras su primer encuentro con los policías ahora condenados.
Anchubidart también enviaba estos SMS desde el interior de la comisaría para avisar que las negociaciones estaban encaminadas: “La mano viene bien. Ya hablé con el subcomisario. Me quedo hasta que salga… así me aseguro que no hay quilombo”. En otro mensaje escrito por el cómplice Giacardi, dirigido a un otro miembro de la banda no identificado y que dice “tenés que pasarme 30 P”, quedó claro que más allá de los 12.000 pesos que había llevado la novia de Córdoba, había que juntar y pagar otros 30.000. En la causa se pudo constatar que pese a que en el 911 había registros de que a Córdoba lo había detenido por una tentativa de robo, en la comisaría 3ra. de San Fernando quedó asentado que sólo había ido a la seccional por lo que en la jerga policial se conoce como “AA” (averiguación de antecedentes). Los jueces del TOC 6 consideraron como agravante que Anchubidart sea un abogado al asegurar en el fallo que “este carácter de colaborador, de auxiliar del servicio de justicia, que le brinda ese crédito y confianza de parte de la sociedad toda y del Estado mismo (…) es el que precisamente justifica un mayor reproche a su respecto al momento de la imposición de pena”.

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