PESE A LA CONCILIACIÓN, SIGUE PARO DE SUBTES

Un anuncio forzado y a última hora para frenar una huelga sin precedentes en la Ciudad. Anoche el Gobierno porteño dictó la conciliación obligatoria con el objetivo de restituir el servicio de las seis líneas de subte y el Premetro, paralizado desde el viernes a las 21. Sin embargo, al cierre de esta edición todo parecía indicar que hoy se va a cumplir el séptimo día sin subtes. Para hoy a las 10 fue convocado un nuevo encuentro para intentar destrabar el conflicto. “Nos estamos enterando por televisión que un Gobierno que no se quiere hacer cargo dicta una medida de este tipo después de una reunión en la que la empresa alega insolvencia económica”, dijo Ariel Rocchetti, delegado de la línea B.
El anuncio se hizo desde la Subsecretaría de Trabajo porteña, donde habían estado reunidos los Metrodelegados, representantes de la UTA y de Metrovías durante la tarde de ayer. “Vamos por 24 horas más y que alguien se haga cargo”, dijo Néstor Segovia al salir del encuentro. “Si Metrovías no puede resolver los problemas de sus trabajadores, les pedimos por favor que den un paso al costado”, fustigó. Y habló de negociar las condiciones de trabajo sin tocar la cuestión salarial, un paso que no aporta soluciones al conflicto de fondo y que no es avalado por los referentes de la UTA, que tiene la personería jurídica para firmar los acuerdos. El punto es que mientras el Estado (Nación o Ciudad) no se haga cargo del servicio, tampoco hay quien homologue los convenios.
“Es un tema político y no queremos entrar en una pelea entre trabajadores. Acá somos todos rehenes”, le dijo a Clarín Roberto Fernández, titular de la UTA.
Antes de que se conociera la medida, Fernández anticipó que desde la UTA la intención era acatar todo lo que se dispusiera. “Pero no nos dan garantías de lo que puede pasar ahí abajo. Si Metrovías se retira la Ciudad se va a tener que hacer cargo automáticamente. Al final va a pasar como con los ferrocarriles. Hoy nosotros no tenemos ese problema, pero si no hay arreglos, no hay inversión y se deja hacer lo que se quiera…”, agregó.
En el sexto día de paro los usuarios volvieron a mostrar hasta qué punto tienen desarrollada la capacidad de aceptación y resignación. La pregunta que más se repetía en pasillos y redes sociales iba alrededor del “a que no sabés cuánto tardé…”. La gente volvió a ajustar sus despertadores para llegar a horario y muchos optaron por suspender reuniones y otras actividades.
Es que la medida excede a los 900 mil pasajeros que utilizan la red de subterráneos todos los días. Los colectivos están desbordados y no se detienen en todas las paradas, las centrales de radiotaxis no garantizan la puntualidad de los servicios y los automovilistas protestan porque sus tiempos de viaje también se duplican. La sucesión de declaraciones cruzadas no hace más que aumentar la sensación de estar atrapados en una disputa que no tiene que ver con el transporte.
Ante la falta de respuesta de Nación y Ciudad, ayer la jueza porteña Patricia López Vergara le había ordenado al Gobierno de la Ciudad que convoque a una mesa de negociación para destrabar el conflicto. El fallo responde al recurso de amparo presentado por la legisladora María José Lubertino y, más allá de la disputa salarial, avanza sobre la discusión de fondo: el traspaso del servicio la Ciudad.
Mientras ninguno de los dos gobiernos se haga cargo de la administración no se puede avanzar sobre una negociación paritaria. Desde Metrovías,, sostienen que dependen de los subsidios para pagar los sueldos: $ 76,5 millones por mes. La explicación es que con las tarifas congeladas históricamente la empresa no genera los fondos que necesita y debe recurrir al dinero que aporta el Estado.