El Paseo del café permitió disfrutar de los distintos sabores
El café es un punto de encuentro y muchas grandes decisiones de la vida se toman con un café de por medio. Las alegrías, las tristezas, el amor, los encuentros, los negocios, un buen libro, todo se acompaña con un pocillo. Es un símbolo cultural de los argentinos y la segunda bebida más consumida después del agua. Por eso, el municipio propuso un atractivo recorrido cafetero por el centro de San Isidro, que incluyó a unos 26 bares y confiterías antiguas, nuevas, clásicas, y de moda, que ofrecieron los mejores granos de café en sus diferentes versiones. Sobre la calle 9 de julio – los fines de semana se hace peatonal para favorecer la actividad comercial – entre mesas y sillas, e incluso a pie, se podía observar a grupos de amigos, parejas y familias enteras disfrutar del placer de tomar un buen café mientras escuchaban grandes éxitos del pop y rock nacional que eran interpretados por artistas locales. Esa imagen se repitió en las distintas esquinas del casco histórico y llegó hasta la estación de tren de San Isidro. Algunas confiterías ofrecieron cafés especiales para probar y aprender sobre orígenes, tueste, métodos de preparación y máquinas.
“Con esta iniciativa buscamos favorecer la actividad comercial, resaltar la importancia y la tradición de los cafés. En plena pandemia, luchamos para que puedan reabrir y cuidar los puestos de trabajo, ahora los acompañamos para que puedan recuperarse”, sostuvo el intendente Gustavo Posse, que recorrió las calles del centro de la ciudad para dialogar con vecinos y comerciantes.
A escasos metros del mástil del centro comercial, se encuentra la tienda y restó “Coco Naranja”, un emprendimiento familiar dedicado a la comida sana, que los hermanos Francisco y Federico Soneira crearon hace casi 10 años. “El café desempeña un papel importante en la cultura Argentina. Sin dudas, esta iniciativa fue buenísima para atraer a más clientes”, destacó Francisco. Y celebró que la calle 9 de Julio se transforme en peatonal durante los sábados, domingos y feriados para incentivar las ventas. “El hecho de no tener autos genera una atmósfera más agradable, y se puede caminar por las calles en forma tranquila. Fue una medida del municipio que evitó aglomeraciones y que nos ayudó”, opinó uno de los dueños de “Coco Naranja”.
El subsecretario de Planeamiento e Integración de Políticas Productivas de San Isidro, Javier Caratti, valoró la aceptación de los comerciantes y vecinos. “Fue un éxito total esta primera edición, queremos replicarlo en las distintas localidades del distrito”, anunció. La movida cafetera también tuvo descuentos y promociones al concurrir con una taza a través del take away o al movilizarse en bicicleta. “Vine con mi taza y pude probar distintos cafés a un precio muy accesible. Soy amante de esta bebida, en especial del espresso. Fue una experiencia increíble”, señaló Ezequiel Fernández, mientras caminaba por Ituzaingó.
En el tradicional Café Martínez, ubicado en la intersección de las calles Belgrano y Chacabuco, Celeste Ceballos, barista del local, contó que la propuesta incentivó a las familias. “Pudimos ver la felicidad de la gente y en nuestro caso podemos decir que la gastronomía volvió a revivir”, expresó. A lo largo de la jornada, hubo opciones y variedades de café para todos los gustos como americano, espresso, latte o café con leche, corto o ristretto, irlandés, capuccino, frappé o frapuccino, mocha o moca. “Fue algo novedoso. San Isidro es un lugar en el que podemos tomar un café en la vereda, leer el diario, hablar por celular de forma segura y tranquila. Nos sentimos cuidados”, indicó Lino Domínguez, que desde hace 20 años vive en el casco histórico. Guillermina Valdez, oriunda de Mar del Plata, que visitaba San Isidro por primera vez, se sorprendió con la propuesta. “No sabía que hacían esto y tampoco que existían tantos tipos de café. Me quedaría a vivir en este distrito, quedé encantada”, completó.