CONDENAN Y DETIENEN A MAESTRAS POR MALTRATO EN JARDÍN TRIBILÍN
Las cinco maestras jardineras acusadas en 2013 de maltratar al menos a 40 nenes en el jardín de infantes “Tribilín” de San Isidro fueron condenadas este jueves por el Tribunal Oral N°4. Las penas recién se conocerán el próximo 5 de noviembre, pero ya están detenidas. Un audio aportado por uno de los padres, que escondió una grabadora en una mochila, fue la prueba más contundente.
La medida recae sobre Noemí Nuñez, Mariana Buchniv, Yanina Gogonza, Noelia Gallardo y Vanina Diap, respectivamente la directora, las dos docentes y la auxiliar, que tras cinco años de interponer recursos para demorarlo, finalmente llegaron al juicio oral imputadas por abandono de persona, amenazas y lesiones a menores de 3, 4 y 5 años.
La fiscalía pidió 10 años de prisión para todas por igual, la pena máxima en este tipo de delitos, y la querella pidió 12, porque agregó el delito de “amenaza” para tres de ellas. Pero cada una armó su defensa por separado. Y si bien en el juicio las mujeres no se acusaron entre sí, la directora fue la única que declaró. Reconoció su voz en la grabación y marcó la diferencia entre su “exabrupto” y la polémica forma en que las acusadas se dirigían a los nenes cuando ella no estaba presente.
Maltratos en el jardín Tribilín: condenaron a las docentes y ordenaron sus detenciones
“La directora retó a una nena, reconoció que sonó mal, pero que no fue con ánimo de agresión. Sólo por eso, la condenaron igual que a la maestra que le dijo a un nene: ‘¿Querés mirarme la cajeta? Te la muestro’. Se lo aclaró a los jueces. Y reafirmó que no escuchó a las maestras diciendo lo que quedó grabado en el audio, porque si no las hubiese frenado”, afirmó a Clarín Adrian Murcho, abogado de Noemí Nuñez.
Quien dice esa fuerte frase es Yanina Gogonza, la auxiliar. En tanto, a la directora en el audio sólo se la escucha decir: “Terminala, cortala, porque las veces que venís con tu papá hacés el mismo escandalete”.
Las más de cinco horas de grabación que se dieron a conocer estos días dejan al descubierto el maltrato que recibían los chicos durante la colonia de verano. “¿Podés sacar el cuaderno en vez de ponerte a boludear? Dejá de gritar, callate. ¿Querés ir a la pileta?”, se escucha, siempre con llantos de fondo, en un audio en el que se hace referencia a “la pileta”, uno de los castigos que les imponían a los niños.
Hay otros diálogos en los que los asustan con las consecuencias de contarles a sus papás lo que les hacían: “Callate, callate. Guay que vayas a decir cualquier huevada a tu casa. ¿Escuchaste?”. Durante la hora de la comida, los chicos también vivían un infierno. “Comé vos. Abrí la boquita. Guay que vomites”, le gritan a una nena. “Decime por qué vomitaste. ¿Por qué vomitaste, pendeja de mierda? Por tu bien que hayas tragado, mogólica”. “¿Estás loca, nena? Tragate lo que te puse en la boca porque vos ya me cansaste”.
Según los padres, los amenazaban con dejarlos abajo del agua, lo que generó que muchos nenes no quisieran bañarse ni lavarse el pelo.
“Ponete a guardar, enfermo mental”, el terrible audio del maltrato en el jardín Tribilín
Hay otros diálogos en los que los asustan con las consecuencias de contarles a sus papás lo que les hacían: “Callate, callate. Guay que vayas a decir cualquier huevada a tu casa. ¿Escuchaste?”. Durante la hora de la comida, los chicos también vivían un infierno. “Comé vos. Abrí la boquita. Guay que vomites”, le gritan a una nena. “Decime por qué vomitaste. ¿Por qué vomitaste, pendeja de mierda? Por tu bien que hayas tragado, mogólica”. “¿Estás loca, nena? Tragate lo que te puse en la boca porque vos ya me cansaste”.
La directora, que tiene 43 años, vive con sus padres, está en pareja y no tiene hijos, abrió el Jardín Tribilín con Mariana Buchniv, su socia y otra de las condenadas, en una casa alquilada en O’Higgins 591, Beccar. Ambas comparten el título de maestras especializadas en Educación Inicial. Diap era profesora de Educación Inicial. Nuñez llevaba 15 años trabajando con chicos, algo que tuvo que dejar de hacer al día siguiente de la denuncia.
“Tuvo que cerrar el jardín, le costó muchísimo encontrar trabajo, no pudo volver a estar con menores y desde entonces se presentaba en el juzgado una vez al mes. Ella jamás golpeó ni vio golpes, tampoco maltratos. Y está presa. En cambio, el padre Grassi estuvo libre hasta que la sentencia por abuso sexual quedó firme. Acá no se comprende el veredicto anticipado”, agrega Murcho, quien este viernes presentó un pedido de eximición de prisión.
El abogado de Nuñez, que está detenida junto a sus ex colegas en la Comisaría de la Mujer de Martínez, asegura que no hubo pruebas de maltratos físicos en los chicos -la querella habla de “un moretón en la cola de un nene”- y que la condena fue por “grave daño en la salud psicológica”, pero “los peritos psicológicos dijeron que los daños no los tienen hoy, que podrían surgir a futuro”.
“Están basando la condena en algo que no pasó, que puede llegar a pasar”, sostiene.
A la vez, marca como una desigualdad que en el juicio no se haya pasado el audio completo sino “una edición donde sólo se escuchaban los insultos”. En el resto de las horas registradas, asegura, hay “muchísimas pruebas desincriminantes”, como las maestras diciendo “mi amor, comé por favor”.
Murcho hace referencia a la comida porque los padres que se presentaron como querellantes señalaron que a los chicos también se los amenazaba con que, si se portaban mal, se quedaban sin merienda.