LA JUSTICIA LA ECHÓ DE SU CASA POR MALTRATAR A SU SUEGRA
Acusada de maltrato, la mujer tuvo 48 horas para abandonar el departamento.
La Justicia la echó de su casa por maltratar y desearle la muerte a su suegra
Tiene 85 años y estaba harta. Escapó y pidió refugio a un vecino. Él fue quien la acompañó a la comisaría en Tigre para hacer la denuncia que terminó con un curioso fallo: la Justicia echó de su casa a su nuera, que le deseaba la muerte permanentemente.
“Impedimento a la suegra de usar sus pertenencias y los servicios que ella misma abona. Insultos y deseo permanente de la muerte”. Así, textual, se resume la situación que llevó a Sandra Veloso, a cargo del Juzgado de Familia Nº 1 de Tigre, a definir la exclusión de la nuera, de 46 años, pese a que allí vivía con el hijo de la denunciante y junto a su hijo (el de la denunciada), de 21 años.
Según se describe, Veloso se inclinó por las normativas de protección de los adultos mayores en la Argentina y determinó que el cuidado de la suegra era más importante que la necesidad de la pareja de vivir bajo el mismo techo.
La jueza sostuvo que en este caso se comprobaron los actos de violencia familiar establecidos en la ley 14.509 de la provincia de Buenos Aires y dispuso un plazo de 48 horas para que la nuera abandone el domicilio. A su vez, interpuso una perimetral de 300 metros durante 90 días para cuidar la integridad de la anciana.
El vecino que acompañó a la víctima a hacer la denuncia declaró escuchar gritos y peleas contantes entre el hijo de la denunciante y su nuera.
La anciana vivía en Mar del Plata, pero tras un robo en marzo, y a pedido de su hijo, concretó el alquiler del departamento de dos ambientes en el que se daba el maltrato.
El departamento es de dos ambientes. El matrimonio dormía en la única habitación y la suegra en un somier en el living. El joven de 21 años algunas veces dormía en el dormitorio y otras junto a la anciana.
Al ser entrevistada por el equipo técnico del Juzgado, la denunciante dijo que su hijo la “endulzó con sus palabras”. Le dijo, contó, que ella estaría cerca de él. Sin embargo, cuando llegó a su nueva hogar se encontró que en el departamento no solo estaba viviendo su hijo, sino también su pareja y un hijo de ella.
Conoció a la nuera en enero y al comienzo el trato fue regular, pero luego la hostigaba continuamente, le deseaba que se mueriera. No le dejaba usar sus propias cosas ni los servicios que ella misma pagaba. El hijo de la mujer también la maltrataba. El hijo de la denunciante también es víctima de violencia, que por eso se retiró unos días.
La anciana también declaró que desde su estadía en Buenos Aires su nuera no la dejaba salir y que su hijo la llevaba a cobrar su jubilación de $ 16.000 (con la que paga el alquiler de $ 7 mil) y la renta de $ 10.000 de la casa en Mar del Plata y que en una única oportunidad la llevó al médico.
El hijo de la víctima declaró que “ayudaba” con el alquiler. La nuera no trabaja.
El “derecho a la vivienda digna y adecuada de la persona mayor y el derecho a vivir en entornos seguros, saludables, accesibles y adaptables a sus preferencias y necesidades”, jugó a favor de la mujer de 85 años.