EN SAN ISIDRO, EMPEZÓ EL JUICIO CONTRA EX COMISARIO RAÚL PAPA
“Tenés que hablar con el señor Papa… Que este hombre pise el freno”. Así aconsejaba el abogado del ex policía Eduardo Vivas a su defendido. “¿Cómo está el tema mío?”, preguntaba entonces Vivas. Y “el señor Papa” tranquilizaba: “Me mandaron lo que están investigando. Están en bolas”.
“El señor Papa” al que hacían referencia las escuchas era Raúl Papa (50), ex jefe de Policía de San Isidro. Además de comandar las 10 comisarías del partido, tenía un trabajo extra: era el encargado de pasar información y desviar la investigación de un intento de secuestro en el que había participado Vivas junto a una banda de ex policías, en 2011. Por esta escucha y otras que lo comprometen, ayer empezó en los Tribunales de San Isidro el juicio en su contra. Lo acusan de encubrimiento agravado, con una pena posible de seis años. El jueves sería la sentencia.
Desde que las escuchas fueron difundidas, Papa se defiende de la misma manera: “A (Eduardo) Vivas lo conozco porque es un ex policía y maneja información de distintos delincuentes. No sé cómo la obtiene. Lo tomo como un informante. Yo no le informo a él, sino que él me informa a mí”. Pero cuando el fiscal Patricio Ferrari le preguntó por qué le había pasado información, según surge de las escuchas, Papa dijo que lo hacía para “endulzarlo” y que si le dio “algún dato coincidente” con lo que finalmente sucedió fue de casualidad.
En otra de las escuchas, Papa le advierte a Vivas: “Quedate tranquilo, siguen enquilombados con lo de Hurlingham, todos los días tienen que mandar dos, tres grupos operativos. Están superados viste”. Por entonces, el departamento judicial de Morón investigaba el crimen de Candela Rodríguez (11) y, por la repercusión a nivel nacional, todas las direcciones de investigaciones aportaban personal y móviles para la resolución del caso.
La investigación se inició por un intento de secuestro fallido que tenía como víctima al empresario del juego Jorge Pereyra, en Lomas de San Isidro. “Con vos no están. El subcomisario que está acá se llama Mario, está en pelotas… En la fiscalía no presentaron una puta actuación”, decía Papa en una escucha. El jefe mandaba a policías de su confianza para que averiguaran en la fiscalía el rumbo que tenía la causa, sin saber que el investigado era él mismo.
Otro de los aportes de Papa a la banda era la información de los móviles sin identificación de patrullero que usaba la Policía para sus investigaciones: “Tienen un Siena gris, un Peugeot 206 azul, un Corsa y un Megane”. En el expediente quedó probado que efectivamente esos eran los móviles que usaba la Fuerza. Para el fiscal Ferrari, que actuó en la etapa de investigación, el comisario “se mantuvo en pleno contacto telefónico y personal con el involucrado Eduardo Raúl Vivas (…) ayudándolo en todo momento a eludir la investigación judicial y policial que el propio Papa tenía como obligación realizar”.
Papa fue detenido en octubre de 2011, pero sólo estuvo preso un mes. Desde entonces, sus abogados presentaron recursos para postergar el juicio. En 2015, Vivas fue condenado a 12 años de prisión, mientras que Pablo Abalo y David Avila recibieron 15 años. Además de Papa, serán juzgados Agustín Peyrot, otro ex policía de la banda que fue exonerado en 2007 junto a Vivas, y Diego Romero, amigo de Peyrot y ex novio de una sobrina del empresario Pereyra, presunto entregador. Según su abogado, Pablo Hawlena Gianotti, Papa espera el juicio con tranquilidad y confiado.