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TRAS LOS INCIDENTES, AHORA NEGOCIAN UNA SOLUCIÓN

Tras el violento choque entre los choferes de la línea 60 y la Gendarmería en la Panamericana, ayer se abrió una instancia de negociación convocada por el ministro de Seguridad bonaerense, Alejandro Granados. Después de una primera reunión entre los trabajadores y representantes de la empresa Monsa, los trabajadores se retiraron de la autopista. De todas formas, se declararon en estado de asamblea permanente. Se espera que las partes se vuelvan a encontrar hoy al mediodía para intentar destrabar el conflicto que lleva 34 días.

“Todavía no hubo acuerdo, pero la empresa aceptó reconsiderar algunos puntos de nuestros reclamos. Este miércoles va a haber una nueva reunión”, contó Santiago Menconi, secretario de prensa de los trabajadores del 60, que piden la reincorporación de 53 despedidos y el pago de salarios atrasados.
La tregua llegó después de una cruda batalla, que tuvo como escenario a la Panamericana. Los choferes intentaron cortarla en dos oportunidades en el cruce de la ruta 197, a la altura de General Pacheco. La primera fue pasadas las 7, pero los esperaba la Gendarmería, que los sacó de la autopista después de un cruce de palazos, botellazos y gases lacrimógenos. La segunda fue a las 10.15, pero nuevamente fueron desalojados, esta vez por orden de la jueza en lo Criminal de San Isidro, Sandra Arroyo Salgado. Entonces se produjo una nueva batalla campal, con más gases, golpes, pedradas y balas de goma. Hubo varios heridos, incluyendo a 22 manifestantes y al menos 4 gendarmes.

“Como anunciamos el lunes, empezamos el día con un piquete en forma pacífica en Puente La Noria –contó Menconi–. También teníamos previsto otro en Panamericana, pero cuando llegaron los compañeros la Gendarmería tomó la avanzada. Les pegó palazos hasta a las mujeres y cercó a todos contra el puente que da al precipicio. Más tarde, cuando llegamos los que estábamos en el otro piquete intentamos retomar la autopista, pero nos tiraron gases y balas de goma. Tenemos 22 compañeros hospitalizados porque se las tiraban a un metro de distancia. También demoraron a ocho trabajadores en una posta de Gendarmería, pero después los liberaron”.

El secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, se hizo cargo del primer desalojo: “Yo di la orden. La Panamericana es una ruta federal y cortarla es un delito. La Panamericana no se corta. Es el principal ingreso a la Ciudad: se les notificó que estaban cometiendo un delito, se les dijo que tenían cinco minutos para despejar y ante la negativa di la orden para que se actúe”, aseguró en declaraciones a radio La Red. Y acusó a los manifestantes de intentar “cortar y agredir” para atraer a los medios de comunicación.

Después de los incidentes, el ministro de Seguridad bonaerense, Alejandro Granados, se ofreció a mediar en el conflicto. Al mediodía, se encontró en el Puente 12 con representantes de los trabajadores y de la empresa. Finalmente, se pasó a un cuarto intermedio hasta hoy a las 12 y los choferes aceptaron retirarse de la Panamericana. “Vamos a continuar con nuestro plan de lucha y estamos contentos con que exista esta intermediación de Granados”, comentó uno de ellos. “Nos tratan como locos pero somos trabajadores que reclamamos por condiciones de vida. No sé si Granados podrá solucionarlo, pero si el Gobierno no lo hace ¿quién?”, sostuvo el delegado Iván Iza, que participó en la reunión

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