AgendaTigre

MARIA MARTHA SERRA LIMA

TEATRO NINÌ MARSHALL
FUNCIONES

Viernes 31 de Mayo 21:30 hs

ENTRADAS

Platea Lateral $ 160

Platea $ 190

Platea Central $ 230

Venta telefónica y on-line

MARIA MARTA SERRA LIMA EN TEATRO NINI MARSHALL

Maria Martha Serra Lima, nació en Buenos Aires, Argentina, es una prestigiosa intérprete bonaerense de música romántica. María Martha Serra Lima se hizo famosa en Latinoamérica y España en la década de los 70. También fue muy popular durante la siguiente década. Sus canciones se convirtieron en grandes éxitos en lugares como Puerto Rico, México, Chile y Venezuela, entre otros, aparte de su propio país. Al margen de ser una cantante excepcional, de grandes condiciones vocales y sentido interpretativo sumamente cautivador, a María Martha también se la a “identificado” por su peso: estimado en 230 libras, agregando que ella siempre ha estado orgullosa de ello y suele hacer chistes al respecto. A tal punto que en una oportunidad declaró Con más de 100 kilogramos, todavía me siento y entreno como una adolescente de quince años. Hoy, a los finales del año 2008, se puede decir que esta condición física ha mejorado notablemente debido al tratamiento que realizó, con el propósito de eliminar esos kilos de más que estaban comprometiendo su parte ósea, su salud y su espíritu.

Compartió escenarios con varios cantantes internacionales, haciendo innumerables giras por varios países y ganando varios premios a lo largo de su inobjetable carrera como cantante. María Martha ha tenido la particularidad de ser seleccionada y/o requerida por muchos intérpretes famosos de la canción para producir discos o espectáculos. Fue así que el renombrado y mundialmente conocido Trío Los Panchos la invitó a participar en una producción discográfica que se tituló “Esencia Romántica”; constituyéndose en todo un éxito de ventas. También cantó a dúo con Libertad Lamarque, Estela Raval, Paz Martínez y otros tantos. Fuente: Wikipedia: En otra nota relacionada con la vida de esta gran señora de la canción podemos destacar lo siguiente: María Martha Serra Lima, quien es bonaerense, empezó a cantar antes de cumplir los 20 años, y el 19 de diciembre último (2008) cumplió 55. En todo ese tiempo no ha dejado de inundar el mundo con canciones románticas de todos los tiempos y de toda procedencia. Más bien corpulenta pero de ademanes elegantes y dulces, María Martha tiene una privilegiada voz grave que transmite sentimiento vivo con igual o mayor ternura que la mayoría de los boleristas clásicos.

Hasta hoy, María Martha canta y encanta. María Martha proviene de una familia adinerada, su padre Iván Serra Lima (ya fallecido), fue dueño de una importante concesionaria Ford, en Martínez. Pero, también logró su propia fortuna gracias a las inversiones que con gran visión realizó. En un programa dedicado a las madres una de las invitadas de honor que María Martha Serra Lima, quien saludó a todas las madres por su día. Asimismo, la intérprete de “A mi manera”, un tema que es su favorito y muy emblemático, reafirmó que esa canción es muy importante en su vida por el significado de la letra que la conforma. Además porque ya el publico se identifica con esa melodía y la canta a gritos en todos lugares en que ha tenido el privilegio de actuar. Dice llena de melancolía, “Mi historia es como la de todos. He pasado malos y buenos momentos, y puedo decir que mi vida no fue perfecta pues me arrepiento por tantos sacrificios que pasé. Luego todo cambió y vinieron los beneficios”. “Tengo 2 hijos, y una de ellos sigue mis pasos en el canto. Y el otro es fotógrafo y está radicado en Miami He sido una buena madre y una artista, que cada vez que pisa el escenario se olvida de todo, porque el mío es el canto. Luego me convierto en una mamá romántica en casa, que le encantan los niños”, añadió la argentina que agradeció al publico por las llamadas telefónicas para saludarla por el Día de la Madre.

María Martha Serra Lima se quedó estupefacta cuando los integrantes de la banda Rio ingresaron y cantaron sus éxitos. Chachi, Pocho y Cucho agradecieron las palabras de la argentina a favor de ellos. “Qué bonitas canciones, y que precioso es su rock. Hoy 30 años después de su debut, podemos decir que no se equivocaron, pues MARIA MARTHA SERRA LIMA, no solo surgió en su país sino que pudo traspasar sus fronteras y brillo con luz propia en toda América Latina, con Temas clásicos como: “A MI MANERA”,”COMO TODA MUJER”,”CONTIGO APRENDI”,”DE QUE MANERA TE OLVIDO”, “POR AMOR”, entre muchos otros. De una entrevista que le hicieron sacamos estos extractos: Pero la nueva María Martha que ves acá -dice señalándose a sí misma- es el producto de una gran voluntad, pero también de un gran susto”, confiesa hoy María Martha Serra Lima , y agrega: “Es terrible admitirlo, pero muchas veces tiene que pasar una desgracia para que tomemos conciencia”. Y la desgracia, en su caso, se tradujo como cataratas (“Me estaba quedando ciega”) y diabetes (“Un día me dio un coma diabético. Lloré como loca, pensaba que me moría”). Por suerte, tomó nota de las dos grandes advertencias de su vida y decidió revertir la principal causa de sus problemas: el sobrepeso. -Lamentablemente sí. Yo era de las gordas que decían: “A mí, los kilos de más no me hacen mal. Mi salud es muy buena”. Y hasta cierto punto lo era, pero no hay dudas de que la obesidad es una enfermedad. Tarde o temprano, trae aparejadas sus consecuencias. En mi caso, por suerte, fue posible revertirlas: me operé de cataratas y, actualmente, mi diabetes está controlada. No, finalmente no me operé. Blanca Curi me había comentado su caso (ella se colocó un cinturón de siliconas que quita el apetito), pero yo no estaba del todo convencida. Por otra parte, mi médico clínico también me desalentó y me dijo: “Olvídate de esa operación y mátate con el régimen”.

Me pareció terrible: ¡¡¡tenía que bajar como 70 kilos!!!. No fue ningún milagro. Fue una dieta como tantas otras que había hecho, sólo que esta vez me rompí el alma para que diera resultado. Comía alrededor de 1.200 calorías por día y, a veces, menos. Nunca fui de una gran voluntad, pero esta vez la tuve y lo logré. Además tenía el apoyo de la gente y mis amigos. Ellos me decían que si seguía así iba a ser un ejemplo para otras personas. Eso, tal vez, fue determinante: pensar que lo que yo hiciera podría servir de ejemplo para otros. Por eso, ahora cuento mi historia: quiero que aquellos que tengan algún tipo de dependencia (comida, drogas, alcohol) sepan que todo puede cambiar. En un año y ocho meses, pude bajar 64 kilos. Una dieta con prisa, pero sin pausa. Mi hija al principio, me miraba con un poquito de envidia. Imagínate, ella estaba casi con 140 kilos y sin ninguna voluntad de cuidarse. Por suerte, después se le fue pasando y hasta -hace menos de un mes- se animó a hacerse una operación -no la de Blanca Curi-, en Miami, para achicarse el estómago. En veinte días, bajó 17 kilos y está feliz de la vida. Mi pareja no me tenía demasiada fe, me decía: “Otro régimen vas a empezar…y van 140â?¦”. Cero confianza, pero ahora a la distancia pienso que su negativa me dio más fuerzas. Era algo así como no querer dar el brazo a torcer y que él tuviera razón. Ahora, también él está feliz. Entendemos nuestra situación como unacuestión de comodidad. El tiene sus hijos, yo los míos y, además, hacemos vidas completamente distintas, lo que generaba peleas. El es un hombre diurno, es abogado. Yo soy completamente noctámbula. Además, a cierta edad, uno ya no quiere adaptarse a nuevos hábitos ni hacer lugar en el ropero.

Este arreglo nos da buen resultado. Salimos como si estuviéramos de novios. Hay días que no nos vemos, aunque nos hablamos 300 veces por teléfono. Gasté un dineral en achicarme la ropa. ¡¡¡Desterré las túnicas de mi vida!!! Pude volver a usar pantalones y medias de nylon. ¿Sabés las veces que me morí de frío arriba de un escenario porque no había un par de medias que me entrara? Ahora puedo salir a ver vidrieras y sé que sí voy a encontrar talle. Vestirme bien es una de las cosas que más disfruto. Soy coqueta, siempre me gustó verme linda. El sobre peso me limitaba en millones de cosas. Hacía 32 años que no podía cruzar las piernas cuando me sentaba. Me pasaba todo el tiempo pensando en el físico. Iba a comprar un coche y, si era demasiado bajo, me daba trabajo entrar y salir. Si era demasiado deportivo, el volante se me clavaba en la panza. Si debía sentarme en un lugar desconocido, era fundamental medir la silla para ver si entraba. Una vez, en una peluquería de Perú, me quedé encajada en una silla de hierro forjado. Casi me muero, me dio un odio terrible estar tan gorda. Lo mismo pasaba cuando viajaba en avión: en general tendían a darme el primer asiento sin darse cuenta de que es el peor porque tiene los apoyabrazos fijos. Desde ya, siempre debía pedir una extensión para el cinturón de seguridad. No me deprimía, eso sí que no. Por suerte, siempre tuve una gran personalidad: estaba gorda, no amargada.

Nunca estuve sola, siempre me las ingenié para conquistar a los hombres. Nunca dejé de bañarme en la pileta o en el mar. Con ciento sesenta y pico de kilos, me ponía un traje de baño y en los mejores hoteles del mundo disfrutaba del sol y del agua. Me habrán mironeado por todas las ventanas, pero no me importaba. Después de todo, ¿quién no tiene algún raye, alguna dependencia? La diferencia estaba en que el mío se veía. Nada más. Frente al espejo ahora me veo muy bien. Todavía no estoy cero kilómetro: tengo que comenzar a hacer un poco de ejercicio para fortalecer los músculos abdominales. Es que, luego de bajar de peso, me sometí a una operación para quitarme el exceso de grasa del abdomen. Eso fue bárbaro. No descarto en el futuro hacerme alguna lipoaspiración, pero nada demasiado radical. No pretendo estar flaca. Para mí, que soy obesa, 89 kilos es un buen peso. Estoy realmente feliz con este cambio. Lo de los gorditos felices es un mito. No estoy de acuerdo con ello. La gordura no produce ninguna felicidad. En general, los gordos tienden a abandonarse, a descuidar su imagen. Las mujeres se vuelven menos femeninas, se peinan siempre con una cola de caballo, no se pintan, no usan tacos altos. Es como si quisieran pasar inadvertidas. No hay “gorditos felices”, hay “gorditos” buenos actores.

Si volviera a engordar, si llegara a sucederme eso, podría morirme de la pena. Luego del gran sacrificio que hice para estar así… me odiaría a mí misma. Tengo claro que ésta es una lucha diaria. Nunca más voy a poder dejar el régimen. Sé que esto es como una condena de por vida. A María Martha bajar de peso no le modificó la voz, pero sí el estado físico. “Antes me agitaba enseguida”, explica. “Había veces que hasta se escuchaba por el micrófono mi respiración entrecortada. Por eso, siempre cantaba sentada y casi no me movía. Ahora, camino por todo el escenario sin problemas”, dice orgullosa.

Mostrar más

Municipios que nos apoyan

Botón volver arriba
Cerrar