PRODUCTORES ISLEÑOS: “PEDIMOS SER ESCUCHADOS”
El último sábado, en el Club Felicarias, cientos de pequeños y medianos productores isleños, tuvieron su Primer Encuentro. Allí debatieron y trataron diferentes problemáticas que tienen. Una vez finalizado dicho cónclave, emitieron un comunicado que www.zonanortedigital.com publica a continuación:
Declaración del Felicarias
ES HORA QUE NOS ESCUCHEN
Ante las enormes dificultades que vivimos, más de un centenar de pequeños y medianos productores isleños -forestales, pecaneros, mimbreros, viveristas y de otras actividades alternativas, en representación del sentimiento de miles de isleños, nos reunimos en el Club Felicarias convocados por la Cooperativa de Consumo Forestal y Servicios Públicos del Delta Ltda. y proclamamos que:
Años de postergaciones, éxodos, falta de infraestructura, zonas sin luz, falta de conectividad, falta de provisión de combustible, promesas incumplidas, múltiples trabas para el desarrollo son el marco en el que estamos viviendo los productores isleños del bajo delta del Río Paraná en el cual, desde hace años, debemos transitar con nuestras familias y transportar nuestros productos en ríos que no se dragan desde hace décadas y arroyos intransitables si no hay aguas altas, lo cual afecta también el desarrollo turístico.
Padecemos abandono del Estado, con ausencia por décadas de obras de infraestructura acordes al siglo XXI y de hacerse cargo de una estrategia de desarrollo productivo para la región..
Hace más de dos años el Delta productivo carece de bocas de provisión de combustible en la zona. Tambien se nos impide trasladarla desde otras zonas. Vivir, trabajar, trasladarse y transportar nuestros productos lo hacemos sin estaciones de servicio. Hasta cuando?
Asimismo, los pequeños y medianos productores forestales también afirmamos categóricamente que el precio de la madera por nosotros producida en las islas no satisface en absoluto las condiciones que estimulen producir y establecer bases de crecimiento de la superficie forestada.
Los pequeños y medianos productores forestales isleños estamos trabajando a pérdida y se vende la madera por estrictas necesidades de subsistencia familiar.
El precio de nuestros productos esta claramente por debajo de la madera que las fábricas y aserraderos locales deben pagar si deben producirla directamente o comprar en tierra firme.
La formación de precios concentrada frente a la dispersión de la oferta de pequeños y medianos productores genera discriminación y clara asimetría.
El dilema de hierro que se enfrenta es:
• Seguir retrocediendo en población y superficie forestada, condenando a los pobladores a discriminación y desigualdades manifiestas, empujados a la subsistencia y anunciando ya un déficit claro de insumo de madera para los años venideros,
• O asumir decisiones que apunten a una estrategia de crecimiento. Crecimiento para la región, para los productores y sus familias isleñas, para los trabajadores y para las industrias locales.
Es Crecimiento o atraso y desigualdad.
Es crecimiento colectivo o desánimo y éxodo.
Es crecimiento o achicamiento de la superficie forestada y déficit de insumos para las industrias.
Es hora que nos escuchen.
Una potente voz de los pequeños y medianos productores isleños exige enfáticamente a los distintos responsables involucrados de los gobiernos nacional, provincial y municipales a tomar decisiones para revertir esta situación y encarar las obras de infraestructura y conectividad indispensables para el desarrollo regional. En particular se debe establecer un plan YA para cumplir la postergada promesa de limpieza y dragado los arroyos y ríos del delta productivo. No puede haber margen para más dilaciones en diversos temas que todos estamos de acuerdo pero que pasan años sin solución y que involucran a diversos ámbitos de gobierno.
El Estado debe ponerse los pantalones largos e invertir en serio en las obras de infraestructura necesarias para producir y vivir en el Delta. Pequeños parches no revierten esta situación.
A los actores privados formadores de precios de la madera para aserrado, pasta de celulosa y triturado los exhortamos en forma vehemente a producir un incremento sustancial del precio de la madera que producimos los pequeños y medianos productores. Nuestra producción se da obviamente en condiciones significativamente más desventajosas que los grandes productores debido a múltiples factores (acceso al crédito, a la tecnología y la mecanización avanzada, a obras de infraestructura, mano de obra estable, volumen individual, mayores distancias, etc., etc.). Asumimos la responsabilidad social, productiva y ambiental y requerimos condiciones no sólo igualitarias de comercialización
sino que compensen las desventajas objetivas, que deben ser de estímulo y no de discriminación.
La superficie por nosotros habitada es, aunque dispersa en cantidad de explotaciones, decisiva a la hora del volumen total y en especial decisiva si se pretende aumentar la superficie forestada.
Las empresas formadoras del precio de la madera, importantes actores de nuestra región, deben cobrar conciencia acabada de esta realidad, aumentar fuertemente el precio del insumo por nosotros producido, no sólo porque el mercado lo permite, no sólo por un acto de estricta justicia, no
sólo para terminar con la pérdida y sobrevivencia de los productores pequeños y medianos, no sólo para estimular mejoras de nuestra producción, no sólo para permitir mejoras para sacar la madera, no sólo para que convenga seguir plantando sino por una decisión de inteligencia básica, apostando a una estrategia de crecimiento para asegurarse la provisión del insumo en los próximos años.
Con el volumen de los grandes productores la necesidad y demanda de madera no se satisface. Para que los pequeños y medianos productores podamos seguir produciendo para abastecer el mercado las condiciones deben cambiar.
Arroyo Felicaria, Delta de San Fernando, 25 de Agosto de 2012