EL VIUDO DE LA DOCENTE DECLARÓ Y DIJO QUE ÉL NO LA ASESINÓ
El abogado Marcelo Adámoli, quien representó a Sfeir hasta que ayer fue imputado por el homicidio y detenido en la casa de sus padres en Zuviría al 600, de Tigre, abordó esa teoría esta semana, cuando informó que su cliente había recibido amenazas por parte de “una empresa no legal”, que competía en la actividad.
Según revelaron las fuentes, lo dicho por Sfeir hoy no varió respecto a las declaraciones que vertió anteriormente como testigo de la causa.
Sfeir pasó la noche incomunicado en una celda de la DDI de San Isidro y fue trasladado a primera hora hacia la fiscalía de Don Torcuato, ubicada en la avenida A.T.de Alvear (ex ruta 202) 639, en el norte del conurbano bonaerense, donde declaró acompañado por un defensor oficial desde las 8 hasta cerca de las 12.
El fiscal Iribarren acusó al viudo de ser el autor del crimen de su esposa y le imputó el delito de “homicidio calificado por el vínculo”, uno de los más graves del Código Penal argentino, que prevé una pena de prisión perpetua.
Sfeir continuará detenido en la sede de la DDI de San Isidro, situada en Tomkinson 2833, a disposición del fiscal, quien tendrá 30 días para definir si solicita la prisión preventiva al juez de Garantías Ricardo Costa, a cargo de la causa.
Las pruebas que llevaron al juez a disponer el arresto de Sfeir fueron sus contradicciones en las cinco declaraciones realizadas ante los investigadores, en especial la del 29 de diciembre pasado, día de la denuncia por la desaparición de su esposa.
Esas declaraciones se contraponen con pruebas recolectadas desde el inicio de la pesquisa por el fiscal especializado en Búsqueda de Personas en San Isidro, Marcelo Fuenzalida.
Para los pesquisas, dos de las claves fueron las imágenes tomadas por las cámaras de seguridad del municipio de Tigre y una llamada realizada desde su celular, que lo sitúan en la zona del dique Luján, cercano al lugar del hallazgo del cuerpo de Prigent, el día de la desaparición.
Según los voceros, al denunciar la desaparición de su esposa el 29 de diciembre último, Sfeir dijo que llegó a su casa a las 18, durmió la siesta en compañía de su hijo hasta alrededor de las 21 y, al no saber de ella, decidió radicar la denuncia.
No obstante, los pesquisas establecieron que a las 21.09 de ese día desde el celular de Sfeir se realizó una llamada, hacia su propia casa y que se extendió algunos segundos, que activó la antena de la celda instalada cerca del dique Luján.
Luego, su automóvil Ford Ka rojo fue captado por 19 cámaras de control de tránsito del municipio de Tigre realizando un recorrido similar al que se utiliza para regresar desde la zona de dique Luján a su propio domicilio.
Además, los pesquisas hallaron otros dos llamados que consideraron al menos sospechosos.
Uno de ellos es uno detectado entre el celular de Sfeir y su casa antes de las 18, en el que se sospecha que el ahora acusado convenció a su esposa para ir al lugar donde luego fue asesinada, añadieron los informantes.
El otro se realizó alrededor de las 19 cuando Sfeir se comunica con una mujer, con la que se cree que el acusado mantenía una relación sentimental.
Los investigadores sospechan que el móvil del crimen está vinculado a esa doble vida que llevaba Sfeir.
Para el fiscal Iribarren, existen dos declaraciones de testigos que resultaron también fundamentales y que son coincidentes: ambas personas dijeron que Sfeir le prometió a su supuesta amante que “antes de fin de año se iba a sacar de encima” a su mujer.
Prigent, de 50 años, fue asesinada de dos tiros en el lateral izquierdo de su cabeza presuntamente el día que desapareció, el 29 de diciembre último.
Tras 10 días de búsqueda, un baqueano encontró su cuerpo en un descampado ubicado a la vera de la ruta 26, en el límite ente Tigre y Escobar.