Recordaron con una misa al Padre “Pancho” Soares
A 46° años del asesinato del Padre Francisco “Pancho” Soares, se realizó una misa homenaje en la Parroquia Nuestra Señora de Carupá, en Tigre. Allí, se destacó la figura del sacerdote que cumplió un rol importante dentro de la comunidad para ayudar a los más necesitados.
“Este es un homenaje que se viene construyendo desde hace muchos años junto a la comunidad de Tigre y que, por supuesto, es muy movilizante. Estar junto al Padre Jorge y otros párrocos que luchan con acciones para beneficiar a los que menos tienen es indispensable. Desde el Municipio de Tigre venimos recordando y poniendo en valor a Pancho Soares con el programa ‘Esquinas de la Memoria’ y la creación del ‘Espacio para la Memoria Padre “Pancho” Soares’”; se trata de una política importante del Gobierno local para mantener viva la Memoria, la Verdad y la Justicia”, expresó la subsecretaria de Derechos Humanos, Natalia Reynoso.
Francisco Soares fue miembro del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo y conservaba un rol destacado por su apoyo activo a su comunidad y a los trabajadores de la misma. Fue asesinado el 13 de febrero de 1976 a manos del terrorismo de Estado, tras denunciar penalmente los secuestros y apremios ilegales que sufrían los obreros.
El párroco de la capilla Nuestra Señora de Carupá, Jorge Marenco, agradeció el respaldo permanente del Municipio y dijo: “La figura de Soares es sumamente importante para todos los tigrenses porque fue un cura comprometido con la comunidad. Era un sacerdote que entendía su ministerio y a la gente con la cual compartía su vida y recorría un camino en fe. Junto a la gestión local venimos realizando distintas actividades para tratar de seguir promoviendo los valores de justicia y verdad”.
A mediados del 2021, el intendente Julio Zamora acompañó la inauguración del Espacio para la Memoria Padre “Pancho” Soares en el predio de la parroquia Nuestra Señora de Carupá, a través de una misa presidida por el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, Monseñor Ojea. El lugar – construido en un trabajo conjunto entre el Municipio, la comunidad y la empresa Brickell – posee una muestra de diferentes objetos que pertenecieron al sacerdote y está destinado a rememorar su trabajo y memoria.
